lunes, 25 de febrero de 2019

Posada de la Villa - Madrid

Las modas pasan y esto permanece. La posada de la Villa, en la calle Cava Baja, es parte de la historia de Madrid. En cada rincón del restaurante se puede sentir y oler el Madrid castizo, tradicional y conservador de siempre. Las sillas talladas con el nombre de sus comensales, el horno de leña en donde se hace el cordero desde 1645 y los pucheros de cerámica en donde calientan el cocido. 
En 1642 se convirtió en la primera posada de la Corte donde se daba comida y aposento a los viajeros que llegaban a Madrid. Por aquel entonces los arrieros y viajeros que allí acudían llevaban su comida y se les servía el vino. Era el punto de encuentro de labradores, ganaderos y artesanos que acudían a la capital a hacer negocios. Y funcionó hasta 1980 como posada. 
"En 1982 Félix Colomo restauró la posada y sigue intacta desde ese momento", cuenta su director Antonio Pino. La especialidad de la casa es el cordero asado en Horno de leña y el cocido de puchero.

(El País)

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