sábado, 30 de mayo de 2020

Bodegas Valdesil - Vilamartín de Valdeorras

Todo comenzó cuando un antepasado de la familia Prada convencido de la nobleza de la variedad godello, planta la primera peza de godello en el año 1885, sobre las altas laderas pizarrosas de las colinas en el valle del Sil

Descripción
El espíritu bodeguero de la familia tiene su origen en un entrañable personaje, José Ramón Gayoso, viticultor de Portela. Este viticultor planta el primer viñedo íntegramente con la variedad “Godello”, convencido del potencial de esta variedad autóctona de Valdeorras y en contra de las corrientes de la época. Poco a poco se fueron ampliando esas plantaciones de pequeñas parcelas “Pezas”, eligiendo las mejores localizaciones, en los alrededores de Portela. Años más tarde, muchas de estas parcelas fueron vendidas a otros viticultores, permaneciendo sólo en propiedad la finca de Pedrouzos.
Pero en el año 2001, la rama joven de la familia, comenzó a recuperar aquellas pequeñas piezas que habían pertenecido a su familia varias generaciones atrás, animada por las posibilidades de la variedad y las particularidades de la comarca valdeorresa, y contagiada de la ilusión de aquel primer viticultor, que en contra de las tendencias de la época, plantó la finca más vieja de godello que hay en Galicia en la actualidad: Pedrouzos. Todas las “pezas” de godello que fueron plantadas por la familia en el pasado, han sido recompradas y reintegradas al patrimonio familiar. Gracias a esta labor de recuperación, hemos podido llevar a cabo nuestra propia selección clonal y poner en práctica técnicas poco habituales en la viticultura gallega, como es el trabajo con cubiertas vegetales.
Hoy en día gracias a un patrimonio recuperado y a un equipo de excelentes profesionales, hemos conseguido elaborar vinos que reflejan el origen y la variedad, elegantes, potentes y con una personalidad inconfundible.

Situación
La belleza, la tranquilidad del paisaje y la vida sencilla de las gentes de esta comarca han marcado el carácter de tres generaciones de viticultores, que han entendido y respetado la naturaleza que les rodea.
La comarca de Valdeorras está situada en el interior de Galicia, Es una comarca muy heterogénea, presenta grandes contrastes entre los nueve municipios que la forman, siendo los principales elementos de su economía la pizarra, la industria hidroeléctrica y la agricultura, caracterizada esta última por la producción de vino.
Valdeorras es una de las Denominaciones de Origen más pequeñas de Galicia: apenas 1.500 ha. Su climatología de carácter continental, está rodeada de las cumbres más altas de Galicia. Su extensión va ligada al cauce del río Sil que marca las diferencias geológicas de sus suelos.

Gastronomía
Gastronomía común al resto de Galicia, siendo protagonista el cerdo. Son comunes en la gastronomía doméstica, los embutidos adobados y curados al humo, como el famoso botelo o botillo-estómago del cerdo relleno de carne adobada con huesos-, la androlla- tripa del intestino rellena de zorza, ternilla y huesoso-. Chorizos de calabaza, de boche o de boa; la zorza, la empanada de costillas de cerdo adobadas y de acelgas. El famoso botelo o igual que la androlla, son embutidos semi-curado, que para su consumo es necesario cocerlos previamente, se suelen acompañar de cachelos y verduras.
En Valdeorras son abundantes las setas y los hongos de varios tipos, contribuyendo también a la riqueza culinaria de la comarca: Agaricus augustus, Agaricus bisporus, Agaricus bitorquis, Cogumelo das rapadoiras, Fungos dos lameiros, Agaricus macrosporus, Rocybe praecox, Albatrllus pes-capree, Pesuños, Cunco anaranjado, Raiña, Francesiñas, etc.
Uno de los dulces más típicos de la zona son las filloas de sangre de cerdo, su elaboración está vinculada a la época de matanza en invierno. En su preparación se mezcla: sangre, leche, sal, harina y huevos. En la sartén untada con tocino se fríe la mezcla anterior y se presentan con azúcar y miel.
Junto con los vinos, los aguardientes son bebidas tradicionales en estas zonas frías de la Galicia interior, suelen ser de hierbas, de café o blancos. En el pasado se tomaba al inicio de la mañana antes del ir al campo, la parva. Pero su uso más habitual es acompañando el café, después de las comidas. Es común en las conservas de cerezas, guindas, higos y castañas y también en la famosa queimada gallega.

Viajeros del Vino

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