miércoles, 24 de noviembre de 2021

El Cantábrico - Madrid


Abrió sus puertas en 1948 en la antigua Casa Bravo, en el mismo espacio de la calle Padilla que aún mantiene esa esencia añeja que se saborea y envuelve unos viejos azulejos. El por entonces joven Dionisio Amorós lo rebautizo como El Cantábrico en honor a su esposa, de nombre Fernanda Dehesa, santanderina de nacimiento. 

Y así fue cómo nació este local emblemático, un imprescindible del barrio de Salamanca centrado, desde sus inicios, en el buen marisco y en la cerveza. Y así ha ido creciendo con los años llegando a consolidar una plantilla que, a día de hoy, mantiene el espíritu y las tradiciones del que fuera su patrón y amigo, ya que el equipo lo compone una gran familia. 

El año pasado, se jubiló Javier, tras la barra 45 años. Nosotros nos sentamos a la mesa con Fernando, tercera generación de este bar familiar siempre concurrido, sobre todo con los fieles clientes del barrio.

La Razón

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