Su origen se encuentra en la Edad Media, cuando se daba de comer a los pobres y lo de «boba» hacía referencia a la costumbre de los mendigos de comer con la boca muy abierta. Más o menos como la tendría (la boca, me refiero) el personaje de Berlanga en «El Verdugo», que se preparaba un desayuno a base de trozos de pan mojados en un tazón mientras se llevaba a cabo una ejecución.
El dicho permanece intacto y se refiere más bien a los que van a disfrutar de las viandas de la casa familiar.
Pero la sopa no es boba; ni mucho menos. Ha salvado de hambrunas, es un bocado líquido con «argumentos» de muchísimo nivel y de lo más sugestivo y placentero, sobre todo en esta época del año, bien caliente. En todas las culturas, en todas las cocinas, hay sopas. Y eso es lo más natural: preparar un buen caldo, cociendo en agua ingredientes que den buen sabor, es tan viejo como el hombre.
(ABC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario