Situado en bonito edificio del siglo XVI, muy bien restaurado, antiguo pazo de los Armada. Su nombre proviene de que la casa fue cedida por el propietario a una de sus criadas. Local precioso con balcón donde se puede cenar mirando a una plaza con encanto de la zona vieja. Tapas y raciones generosas y con precios acordes.
Para tapear: Imprescindible su pincho María Andrea (solomillo con pantumaca), el pulpo a la plancha o la carne richada, Setas en salsa de almejas,
(Vámonos de tapas)
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