Ni más ni menos que 3.000 años de tradición enológica en un lugar con unas condiciones climatológicas muy buenas que hacen posible el cultivo de tres tipos de uva: el palominio, la Pedro Ximénez y la Moscatel. De la primera variedad se obtienen vinos secos, mientras que de las otras se obtienen los dulces.
Además de la calidad del vino, otro punto fuerte de esta ruta son sus paisajes salpicados de bodegas conocidas como Catedrales del Vino. Y, si reciben este nombre, es porque dentro de ellas se sigue elaborando el vino con los métodos más tradicionales que han pasado de generación en generación.
Lugarnia
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