Por supuesto, la obra a la que se sometió la taberna fue enorme, pero se conservó el suelo y la impresionante barra de mármol de ocho metros de largo. Se trata de una dirección imprescindible para disfrutar de un buen vermú preparado, mejor en compañía de una empanadillas o de un solomillo de tomate con "cinco cosas ricas".
El Mundo
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