martes, 9 de abril de 2019

Molletes de Antequera

El panecillo más tierno y agradable de la panadería española es, además, muy sencillo de hacer en casa. Prepárate a disfrutarlo recién hecho aunque no seas un experto en masas.
Los molletes de Antequera son unos panecillos, muelles -de ahí viene su nombre- y poco tostados, con corteza muy suave, de forma ovalada y planos, con los que los nativos se regalan los desayunos y meriendas en Andalucía; nuestro gran jefe sioux Mikel López Iturriaga ya cantó sus alabanzas. En ese mismo artículo, Ana Vega "Biscayenne" nos contaba que es difícil rastrear el origen de los molletes porque con ese nombre se han conocido desde la noche de los tiempos distintas piezas de pan y bollería: «La palabra describía cualquier pan que fuese esponjoso y "muelle" (blando): así lo define el diccionario de Nebrija de 1495».
Los molletes parecen nacidos para gustar a grandes y pequeños, además de para recibir ricos rellenos y untos de muy diversa índole. La blandura y el escaso tostado de los molletes, que según cuentan es a porque nacieron como panecillos para la clase acomodada y desdentada, favorece que se consuman tostaditos, bien abiertos y bien enteros (sobre esta cuestión existe una agria controversia). Pues aquí llegamos nosotros para deciros que, además de todas estas cualidades, son razonablemente fáciles de hacer en casa sin grandes habilidades amasatorias ni harinas rarunas.
La receta que utilizo es de Eulalia W. Petit, del magnífico blog Un Pedazo de Pan, de obligado seguimiento si queréis aprender habilidades panaderas con todo su fundamento. Ella utiliza harinas variadas en sus molletes, pero para simplificar os indicamos el uso únicamente de harina panificable, papel para el que os puede servir cualquier harina corriente de supermercado (ojo, no de fuerza ni de repostería, corriente sin más).

MIRIAM GARCÍA

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