La antigua zona de marcha y copas universitaria de Pedro Antonio se ha venido a menos. Pero aún hay bares por los que merece la pena dejarse caer; uno de ellos es El Rinconcillo, donde hay buen picoteo (ponen paté casero de primera y albóndigas con tomate de segunda) y excelentes vinos por copa a la temperatura correcta.
(El País)
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