domingo, 13 de octubre de 2019

Bodega Santiago Ruiz

No se puede visitar la zona sin llamar a la puerta de Rosa Ruiz  y descubrir los indiscutibles encantos de su propiedad, la bodega de San Miguel de Tabagón, el lugar en el que probablemente se dio a conocer al mundo el vino albariño. 
Y pasó por casualidad, como suelen pasar las grandes cosas de la vida, de la mano de Santiago Ruiz, su padre, un bodeguero autodidacta que hacía vinos para familiares y amigos en la bodega de casa, siempre bajo la atenta mirada de sus hijas y con la sabiduría del que conoce la tierra, las particularidades de un clima húmedo, templado y lluvioso, y de una uva pequeña capaz de convertirse en flores y frutas, con ese punto de acidez que caracteriza los vinos de la zona.
Hace 50 años que Santiago Ruiz creó el albariño que lleva su nombre, un brebaje complejo y elegante, con una perfecta acidez, fruto de la combinación de uvas albariño (70%) loureiro (15%), caíño blanco (10%), treixadura y godello (5%), todas típicas de la zona O Rosal, sin saber que iba a convertirse en un transgresor en el mundo de la enología y en uno de los grandes nombres de esta D.O. "Mi padre hacía vino para sus amigos", nos cuenta su hija Rosa, que ahora realiza personalmente visitas a la bodega primigenia y que acaba de presentar un monovarietal albariño muy interesante con su nombre, Rosa Ruiz. La propia Rosa nos explica que su padre "nunca pensó en venderlo", motivo por el cual escogió una etiqueta peculiar, que ahora nos parece profundamente contemporánea pero que en su día fue tan transgresora como su vino: el mapa que una de sus hijas dibujó a mano para orientar a los invitados a su boda.

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