Bodegas Ruberte (Magallón, Zaragoza), con más de medio siglo de andadura, siguen siendo una de las pocas bodegas de Aragón que continúan trabajando artesanalmente el proceso de maduración del vino. Sus caldos se elaboran por el sistema tradicional en depósitos de madera de roble y la crianza se sazona en barrica de roble de 220 litros.
Las bodegas deben su nombre al empresario que las fundó, Andrés Ruberte, quien al regreso de unos cursos de enología en Barcelona en 1948 comenzó la elaboración de vinos en las bodegas del pueblo. En poco tiempo consiguió unos caldos de gran prestigio que se fueron comercializando en los pueblos de alrededor y que pronto alcanzaron gran éxito. Una de sus hijas, Susana Ruberte, se incorporó a la bodega en 1982 tras finalizar sus estudios de enología y comenzó a elaborar vinos con la Denominación de Origen Campo de Borja. Hoy en día, Susana (X Premio a la Excelencia Empresarial 2009 de la Asociación Aragonesa de Mujeres Empresarias) y su hermano Félix gestionan la empresa, que cuenta con 24 hectáreas de viñedo de las variedades garnacha, tempranillo, merlot, syrah, cabernet sauvignon y macabeo.
La bodega de fermentación está formada por 14 depósitos de madera donde se realizan los vinos. Una parte de estos caldos se comercializa como “vino joven” y el resto pasa a la bodega del crianza, formada por 300 barricas de roble francés y americano. Las diferentes maderas consiguen distintos matices. Finalmente el vino se deposita en los botelleros, en los que reposa hasta terminar su maduración.
Bodegas Ruberte comercializa sus productos con las marcas Ruberte y Aliana (línea femenina), tanto en España como en el panorama internacional, donde Alemania y Estados Unidos se han convertido en clientes de lujo de esta empresa familiar.
Enoturismo
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Viajeros del Vino
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