= 1 kilo de carne de cerdo picada,
= 4 cucharadas de harina,
= 4 cucharadas de harina,
= 2 cebollas medianas,
= 17 tacita de leche,
= 17 tacita de leche,
= 6 tomates medianos,
= 2 huevos,
= 2 huevos,
= 3 dientes de ajo,
= nuez moscada,
= nuez moscada,
= 1 cucharada de queso rallado,
= perejil,
= perejil,
= 4 cucharadas de miga de pan,
= aceite,
= aceite,
= 1/2 vasito de vino blanco,
= sal.
= sal.
PREPARACIÓN:
Se machacan en el mortero dos dientes de ajo, unas ramitas de perejil y un poco de ralladura de nuez moscada. Se adoba con este majado la carne picada y se deja reposar. En una sartén con un poco de aceite se fríen las cebollas y un diente de ajo, todo ello finamente picado. Cuando la cebolla esté tierna, se agregan el queso rallado, los tomates pelados y cortados en cuadraditos y sal, dejando hacerse la salsa a fuego lento hasta que esté muy concentrada. Ya en su punto, se pasa por el pasapurés y se reserva.
La miga de pan, una vez remojada en leche y un poco escurrida, se incorpora a la carne, así como un poco de sal, los huevos batidos y tres o cuatro cucharadas de salsa de tomate. Se mezcla todo hasta obtener una masa homogénea y se procede, a continuación, a formar las albóndigas. Se rebozan en harina y se fríen en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén doradas, pasándolas a una cazuela con la salsa.
Fritas todas las albóndigas, se riegan con el vino blanco, se tapa la cazuela y se cuecen muy despacio durante 30 minutos. Si se desea, puede ponerse una cucharadita de pimentón y, si la salsa fuera quedándose muy seca, se añade un poco de agua o caldo.
Las albóndigas se sirven muy calientes en una fuente con la salsa y espolvoreadas con perejil picado.
La cocina de los Conventos
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