viernes, 20 de diciembre de 2019

Amanita phalloides

Amanita phalloides, oronja verde u oronja mortal, en castellano;  farinot o farinera borda, en catalán; hiltzaile berde, en euskera, es uno de los hongos más tóxicos y que mayor número de muertes por consumo causa.
El sombrero de Amanita phalloides mide entre 6 y 15 cm de diámetro,  comienza siendo hemiesférico y con la madurez se convierte en plano. El color es variable, puede ser blanco, amarillento, amarillo verdoso o verde oliva. En el centro tiende a oscurecerse. El borde puede estar estriado como consecuencia de la sequedad del ambiente, mostrando fragmentos de su carne blanca.
Las laminillas son blancas y apretadas. El pie, cilíndrico,  mide entre 7 y 15 cm de altura, y 1 o 2 cm de diámetro, algo ensanchado en la base, la cual está envuelta por la volva blanca, membranosa. Presenta un anillo colgante en la parte superior, de color blanco, con algún tinte verdoso o amarillento. El pie tiene, en general, un tono blanco y está recubierto de pequeñas escamas. En la parte inferior, la que discurre entre el anillo y la volva, puede tener tonalidades verdes o amarillo-verdosas.
Fructifica en todo tipo de bosques, como encinares, robledales, abedulares y hayedos. También puede verse en castañares e incluso bajo avellanos. Es menos común en pinares, pero también crece en bosques de coníferas. Se distribuye por toda la península Ibérica.
Es una seta preferentemente otoñal, aunque también aparece en primavera.
Su carne blanca y suave, así como su olor, que no es desagradable hasta que la seta está muy pasada, son una auténtica trampa. Nunca hay que confiar en las setas por su aspecto u olor. Obviamente, las que tienen olores desagradables no deben consumirse, tampoco apetecen. Sin embargo, Amanita phalloides tiene “buena pinta”,  huele bien y es una seta muy vistosa.
Amanita phalloides es la seta que provoca el mayor número de intoxicaciones y las más graves. Es mortal si los síntomas no se tratan antes de transcurridos 3 días desde el consumo.
El principal problema de esta seta es que su toxina no da muestras de estar actuando. En muchas ocasiones, cuando se muestran los síntomas del envenenamiento ya es demasiado tarde, porque el hígado –uno de los órganos vitales en nuestro organismo- habrá sido dañado irremediablemente.  La alfa-amanitina es la sustancia responsable de este proceso, una sustancia que también se ha empleado para combatir el cáncer, ya que inhibe la multiplicación celular. Lamentablemente, solamente se puede usar de forma externa para combatir cánceres de piel o similares, no por vía interna.
Por lo general, los síntomas de envenenamiento por Amanita phalloides comienzan con mareos, vértigos, dolor abdominal, diarrea, y fiebre. Posteriormente, todo este cuadro sintomático puede remitir, lo cual cabe ser interpretado como un señal de mejoría. Nada más lejos de la realidad, para entonces el hígado estará dañado, se producirán trastornos nerviosos y el paro cardíaco. Por eso, ante cualquier malestar posterior a la ingesta de setas, es mejor acudir a un centro médico.
La alfa-amanitina, sustancia soluble en agua, no se destruye con la cocción, ni aplicando temperaturas altas. Por tanto, Amanita phalloides sigue siendo igualmente tóxica después de su cocción. Esto hay que tenerlo muy en cuenta, ya que existen “teorías” populares acerca de la eliminación de toxinas en setas, que son más superstición o fruto de la ignorancia que remedios con base científica.
A Amanita phalloides se le atribuye ser la causante del envenenamiento intencionado de algunos personajes ilustres, como el emperador Claudio o el papa Clemente VI. Al respecto hay muchas teorías, por lo que no sabemos si será o no del todo cierto. En algunos momentos de la historia los venenos eran muy utilizados, variados y eficaces, por lo que el de Amanita phalloides podría estar perfectamente entre ellos.

Guadarramistas

No hay comentarios:

Publicar un comentario