miércoles, 13 de noviembre de 2019

Bodega Dionisos - Valdepeñas

Cultivar y elaborar el vino al compás de la luna. Una original, única y fascinante forma de acercarnos a la cultura del vino

Descripción
"Bodega Dionisos” es una bodega familiar con doscientos años de antigüedad, ubicada en una casa solariega que forma un conjunto de vivienda y bodega que corresponde al modelo más tradicional de la región. Está situada en pleno casco urbano de Valdepeñas, la ciudad con nombre de vino de antiquísima cultura vitivinícola. 
Esta cultura centenaria y la magnifica forma de construcción, dotan al conjunto de unas capacidades extraordinarias que permiten hacer vinos con medios y tecnologías radicalmente distintos de los habituales y por su carácter tradicional propios de esta región y origen.

Tinajas de cemento y barro
El recipiente donde se hace y almacena el vino marca su impronta sobre el mismo, de igual modo que con los mismo ingredientes de comida, el resultado es diferente si se cocina en cazuelas de acero inoxidable, hierro fundido o barro.
La nave de tinajas de cemento de gruesas paredes tiene el comportamiento propio de un material muy inerte que no carga eléctricamente al conjunto y mantiene muy estable la temperatura, lógicamente sin permitir la reducción metálica.
La nave de tinajas de barro con similitudes a una gran cántara o ánfora romana, tienen la forma y el material propicio para unas fermentaciones y maduraciones excepcionales, que gracias a su natural microoxigenación integran aromas y sabores a los vinos “únicos” que producen. Permiten en su forma orgánica la circulación del vino y pulen los taninos con su interior cerámico.

Cueva excavada en la roca
A nueve metros de profundidad se guardan a una temperatura estable y fresca los vinos que pasaran a crianza en barricas de roble americano, francés y húngaro. Aquí el tiempo se detiene y adquiere otra dimensión que conjuga con armonía la quietud y la oscuridad. Un trabajo descomunal con algunas “mejoras”, que hoy rinde todo su conocimiento y cultura.

La elaboración
Tiene importantes peculiaridades por la condición de vinos ecológicos. La uva se recepciona fresca, vendimiada a mano. Se procesa con rapidez desde los viñedos. El óptimo de madurez en las distintas variedades, nos asegura la presencia de precursores en aromas y sabores del vino. Con el Calendario Cósmico aprovechamos las mejores influencias de la Luna y estrellas que hacen posible una vinculación excepcional con el terruño y el medio.
Empleamos  las levaduras propias del pago donde se crían las uvas, sin adición de levaduras seleccionadas o foráneas.

El calendario cósmico
Nos ayuda a decidir los mejores días para los diferentes trabajos en el viñedo y la bodega. Recomendamos ver los principios que rigen la elaboración e incluso la cata en su apartado específico.

Nuestros vinos
Pretendemos que nuestros vinos sean únicos y diferentes y para ello trabajamos en dos conceptos: mejora de la calidad natural, que implica un esfuerzo para que no haya aditamentos o desnaturalizaciones desde el cultivo a la elaboración; y utilización de procedimientos de elaboración tradicionales y en gran medida muy artesanales, que hacen a nuestros vinos resultado de un territorio y de una forma peculiar de elaboracion con estilo heredado.
A través de la agricultura biológica y el uso de fertilizantes naturales, damos a los viñedos toda la capacidad de crecer rústicos y cargados de defensas, capaces por tanto de producir uvas con todos los principios incluidos aromas y sabores naturales.
Fruto de su cuidadoso proceso de elaboración que busca preservar los radicales libres presentes en la uva; nuestros vinos tienen gran cantidad de antioxidantes que colaboran en primer lugar a conservar y proteger los vinos, asegurando una larga conservación, y no menos importante aportan al organismo del que los consume, gran cantidad de elementos que, lo que favorecerá la aparición de mayor cantidad de fortalecen sus sistemas vitales: resveratrol y otras sustancias cardiosaludables.
Reivindicamos el auténtico origen que corresponde a suelos, climas y peculiaridades de elaboración, que hoy solo persiguen  pocas bodegas, y nos extasiamos ante los frutos de este trabajo, más necesario que nunca en este mundo globalizado de  marcas, y uniformizado de procesos.
Mediante el uso del Calendario Cósmico elegimos los mejores días según sus influencias, para los trabajos del viñedo y de bodega.
Lejos de una visión esotérica, y simplista, hacemos hincapié entre la vinculación del tiempo cósmico, las estaciones, sus ciclos, el clima que se deriva(o debiera derivarse) y el ciclo fisiológico del viñedo. Así como la vinculación entre los procesos de evolución del vino y su tiempo, de nuevo cósmico. No es casualidad que el vino se clasifique como joven, crianza, reserva… por más que estos nombres correspondan ahora a criterios comerciales.
De una forma sencilla, si trabajamos la viña y realizamos las labores de bodega en los momentos en que la luna está ante constelaciones de fuego-fruto, tierra-raíz o aire-flor estamos potenciando los caracteres afrutados o del terruño o los etéreos en los vinos.
Lo más maravilloso de esta experiencia es verificar como los tiempos fisiológicos del viñedo y las secuencias de trabajo, se ajustan con gran precisión.

Viajeros del Vino 

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