Un chiringuito sin dueño que cada temporada regenta una familia del pueblo.
El chiringuito está abierto hasta mitad de septiembre y no tiene dueño. Es una concesión de la Comisión de Fiestas a alguna persona del pueblo para financiar las actividades que se organizan con motivo de las Fiestas del Carmen, que son a mitad de julio pero que se prolongan durante el verano. Este año lo llevan José y su familia, que ya han estado a cargo del chiringuito otros años. "Siempre me digo que es el último año, pero luego voy y repito. La verdad es que me encanta".
Este enclave de pescadores y viviendas desordenadas representa el más puro ambiente macaronésico.
A escasos metros del mar, es posible disfrutar de un sabroso atún en adobo, una morena frita, unos tomates aliñados o un pulpo. "Este es uno de esos pocos sitios que nos van quedando", comenta un cliente melancólico. A escasos metros, un alemán disfruta de su plato de atún con papas fritas mientras mira extasiado el horizonte. Termina y deja una generosa propina. "Muy rico", nos dice al pasar.
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