miércoles, 6 de noviembre de 2019

Hormiguillo

“Muchos modos hay de hacer hormiguillo, pero el mejor es de avellanas. Tuéstanse, sin quemarlas, y, estregándolas con un paño, se limpian. Después se muelen bien y se ponen a fuego lento con agua. Luego que levante el hervor, se aparta de la lumbre y se le echa un poquito de canela y clavo y azúcar, la cual es mejor molerla con la avellana para que no se aceite. No le echarás miel ni sal ni azafrán ni especias ni pan ni aceite ni nada más que lo dicho.

Receta de Antonio Salsete, El cocinero religioso.

El Diccionario de la Lengua Española llama a este plato hormigo y lo califica como un postre.
Víctor Manuel Sarobe Pueyo, por su parte, y en las notas a la obra de Antonio Salsete, dice que hormiguillo es “diminutivo de hormigos, plato casero, de repostería, compuesto de pan rallado y lavado muchas veces en agua caliente, la cual luego se enfría, se mezcla con leche de almendras y con un poco de simiente de cilandro; otras veces —como en el caso que nos ocupa— se hace con avellanas machacadas, pan rallado y miel”.
Es postre muy viejo, modificado a lo largo de los siglos; en el municipio asturiano de Ibias se le llama formigos y el ingrediente principal es el pan, siendo una versión de las torrijas.

La cocina de los Conventos

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